Ante las recientes revueltas en Túnez y Egipto han surgido opiniones de todos los tipos. La que más me ha llamado la atención es la de »Aquí debería pasar lo mismo» en referencia a que el pueblo debería salir a la calle y como respuesta se obtiene un »No compares. Esto es una democracia, no una dictadura» Fin del tema.
Siempre me ha hecho gracia cómo la frase ‘‘No compares» se saca a la luz en cada discursión, se matiza vagamente, pero al fin y al cabo es un »Cállate» en toda regla.
Es evidente que no vivimos bajo el yugo de un dictador ni de ningún régimen totalitarista, pero pensar que uno es libre en un sociedad tan torcida es de necios. Elegimos a nuestros representantes políticos, sí, pero el resultado siempre es el mismo, la historia lo ha demostrado. Si aparece alguien que puede cambiar levemente las cosas en favor del pueblo, lo hacen desaparecer.
No vivimos bajo la merced de uno sólo, pero si de una minoría que le da forma al sistema a su antojo, un sistema que se ha olvidado de las personas. La sociedad se ha moldeado en base a un sistema corrupto y ha creado seres igual o más pobres de mentalidad e ideología que antes, pero en esta ocasión les ha dado algo con lo que acomodarse. Y la sociedad occidental no protesta y mira hacia otro lado cuando Oriente Medio que estaba bajo su pié comienza a liberarse y pide ayuda.
No comparo, no. Pero esa gente que no tiene un Lexus esperando en la puerta, que quizá no han tenido la oportunidad de tener una educación decente y les han bombardeado con ideales religiosos obsoletos; quizá esa gente que vive en el pasado comparando con Occidente tiene más ideales y más poder de organización que nosotros. Y es algo digno de admirar. Hay que animarles a toda costa.
Por lo que debería pasar aquí también, que te lo vendan como una democracia no quiere decir que lo sea. Vivir en un mundo en el que hagas cualquier sea tienes que pagar una cantidad de dinero desmesurada, que te bombardeen con productos que no son necesarios para tu existencia y a veces ni siquiera hacen tu vida mejor; que a cambio de cosas innecesarias tengas que dar servicios tan esenciales como la educación o la sanidad sin poder votarlo. Eso no es vivir en un mundo digno.
• Solitaire Unraveling – Mushroomhead