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Grasas cis y trans

Quien más y quien menos ha escuchado hablar de las grasas cis y las grasas trans en los alimentos, habrá a quien le suene de algo malo. En realidad es más correcto llamar a las grasas, ácidos grasos. Así vamos a hacerlo a partir de ahora.

¿Qué son estos ácidos grasos, por qué nos suenan tanto y cuál es cual? En primer lugar, vamos a diferenciar el término cis de trans, es algo tan sencillo que suelo llamar chorradas de químicos, pero que más adelante veremos con la magnitud que repercute algo tan nimio.

En principio, hay dos tipos de ácidos grasos o grasas: los saturados y los insaturados.En un principio, las perjudiciales en un uso abusivo de ellos son los saturados y también las insaturadas trans.

Un ácido graso cis tiene ambos grupos semejantes en el mismo lado del doble enlace. Es decir, teniendo dos carbonos unidos por dobles enlaces, sabiendo que tienen cuatro enlaces, que gastan dos es unirse entre sí, otro en unirse al carbono de al lado y el último, en un grupo funcional semejante al carbono al que va unido (generalmente, un Hidrógeno).

Un ácido graso trans tiene los grupos semejantes de lados contrarios, es decir, que están enfadados y no se pueden ni ver. (es una chorrada, pero a la gente se le queda). En el ámbito industrial se las conoce como grasas hidrogenadas.
Esta pequeña variación estructural, desencadena en propiedades de las grasas trans bastante poco recomendables para el organismo humano.

Mientras que los cis no tienen ninguna propiedad maligna a destacar, ya que se encuentran en la naturaleza; los ácidos grasos trans artificiales o grasas hidrogenadas ya se han prohibido en algunos lugares del mundo por riesgo que causa su ingesta para la salud: aumenta el llamado colesterol malo y disminuye el bueno, produciendo hipercolesterolemia; es responsable de muchísimas enfermedades cardiovasculares, aumentan exponencialmente el riesgo de sufrir determinados cánceres (más si se tiene predisposición genética), riesgo de sufrir Diabetes Tipo II; y mi favorita: inhiben el desarrollo de ciertos ácidos grasos esenciales, retrasando el crecimiento adecuado de determinadas zonas cerebrales.

¿Dónde se encuentran? Puesto que se usa para dar una textura de frescor y ternura, en todas las bollerías industriales, comidas preparadas, comidas rápidas, otros tipos de dulces (heladería, pastelería, chucherías, etc.).

Una vez conocido esto, es posible que veáis estos alimentos con otros ojos (o no).

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La falsa maldad del colesterol

El colesterol es un lípido esteroide, que proviene del ciclopentano perhidrofenantreno (esto para los más carcas) con muchísima mala fama. Fama que en realidad debería ser totalmente opuesta: el colesterol es indispensable en la anatomía animal. Para que nos vayamos familiarizando con su imagen, aunque no sea muy relevante, aquí tenemos su estructura:

Se presenta en altas concentraciones en todas las partes importantes del cuerpo: en el cerebro, en el páncreas, en el hígado, etc. El colesterol que ingerimos en los alimentos es menos del 10% del total en el organismo, lo generamos de manera natural porque lleva a cabo funciones extremadamente importantes, por ejemplo, es el »cemento» de las membranas plasmáticas de las células (la piel de las células, para que nos entendamos). Las hormonas sexuales, corticoesteroidales o la vitamina D son derivaciones directas del colesterol, todas ellas también son esteroides (¿Habéis visto lo pequeña que es la química?).

La pregunta más frecuente: ¿Cuántos tipos de colesterol hay? Uno. Esto ha de quedar clarísimo para derribar el mito formado por la publicidad.

Lo que se pega a las paredes de nuestros vasos sanguíneos no es colesterol como tal. La molécula de colesterol es altamente hidrófoba, no se disuelve en el agua de nuestro plasma sanguíneo, por lo que sería imposible transportarlo y metabolizarlo como debiera. Al ser el cuerpo muy sabio, creó un sistema de transporte en forma de macromolécula (como un autobús) llamados lipoproteinas, apuesto a que os suena de algo. Las lipoproteínas no sólo transportan colesterol, como su nombre indica, transportan otros lípidos (como los famosos triglicéridos) y proteínas hasta su destino.

Hay 4 clases, con sus correspondientes subclases de lipoproteínas, pero son dos, las encargadas de poneros o no a dieta: las de Alta Densidad (HDL), el erróneamente conocido como el colesterol bueno; y el de Baja Densidad (LDL), el colesterol malo.

Cuando las células tienen colesterol suficiente, bloquean los receptores de LDL y las macromoléculas quedan pululando por los vasos sanguíneos sin función, es cuando aparecen los fagocitos, un tipo de glóbulos blancos encargados de que todo esté en orden dentro del plasma sanguíneo, que al ver la situación y a diferencia de lo que es usual, que es fagocitar los restos (engullirlos), los adhesionan a las paredes de los vasos sanguíneos. Creando cúmulos y resultando en que el médico, al ver la analítica, te ponga a dieta para tratar de controlar la producción.

 

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Simple dato

Supongamos que se pudieran contar todas las moléculas que hay en un mol de agua (18 gr.), cantidad que en un vaso ocupa -aproximadamente- un dedo de altura. Si participaran en esta operación 5000 millones de habitantes de la Tierra, contando a razón de 100 moléculas por segundo, sin descanso durante las 24 horas del día; se tardarían 36000 años en llegar al final.

– Apuntes