Si se tratase de un blog ‘normal’ que suelo leer no estaría escribiendo este post, pero estamos hablando de uno fuera de serie, uno de los titanes. Descubrí Gran Angular por medio de un amigo que me enlazó uno de sus míticos post con fotos graciosas para echarnos unas risas y comentarlas vía Messenger -de aquello hace como 3 años o más-. Desde entonces solía entrar con más o menos frecuencia para alegrarme la tarde, ver post de fotografías interesantes o añadir a mi archivo cerebral algún dato de las curiosidades que ponían. De hecho le enseñé a medio planeta el post de su viaje a los States para comentarlo. Fueron los primeros en traernos los mejores memes que se cocían en prototipos de 4chan de todo internet. Por no hablar de los comentarios.
Recuerdo haber perdido la página de favoritos en un formateo y no recordaba el nombre del blog. Cuando volví a encontrarlo, miré todos los contenidos que me había perdido durante un día entero. Luego lo puse en marcadores principales y de ahí no se ha movido. Nunca llegué a comentar y no solía leerlo todos los días (depende de la época), pero algo duele en el alma cuando un blog que te arreglaba una mala mañana o te hacía pasar momentos inolvidables comentando cosas graciosas con un amigo se va. Cuando anunciaron el »cierre» de Gran Angular tal y como lo conocemos, internet empezó a ser un poquito menos fabuloso.
Teóricamente no se va, se traspasa. Pero los responsables de hacer nuestra vida un poquito más llevadera durante tantos años no estarán llevando el timón. El estilo no será el mismo.
Dentro de 5 ó 10 años se hablará de Gran Angular con la misma nostalgia con la que ahora se habla del mítico IRC (el antecesor de la mensajería instantánea actual, para los que seáis muy jóvenes).
Desde aquí me gustaría desear a los dos papás de Gran Angular: a Deathmetal y a ggarfield lo mejor en vuestras fructíferas carreras como ingenieros informáticos y que tengáis muchos hijos y os dure más el matrimonio que el blog como científica que soy y no creo mucho en la suerte ni el azar: que las probabilidades estén a vuestro favor en todo lo que hagáis.
Muchas gracias por habernos hecho pasar tan buenos momentos y hasta siempre. O hasta que queráis.