No es la primera vez que escribo sobre la visita del predicador supremo de los cristianos a suelo español. Pero por aquel entonces era bastante más joven para llegar a ninguna conclusión a excepción de la protesta.
Había retrasado la redacción de este post hasta que viniera su Santidad el Papa de los cristianos. Oportunamente, me acabo de enterar de que está en suelo barcelonés, así que vamos con ello:
¡Esconded a los niños, que viene el Papa! La visita del señor Benedicto nosécuantos ha dado bastante que hablar desde hace bastantes semanas, es algo que en parte me alegra, porque la última vez que vino nadie se atrevió a decir nada, pero todo en este país se hace así. Se quejan, pero no hacen nada.
Personalmente me la suda bastante si viene un señor que predica retrógradas y sectarias de la Edad Media. He aprendido que en este mundo, eso no me va a llevar a nada más que frustraciones. Si la gente es tan estúpida de creer en la palabra de un nazi y a sufrir por su causa, se merecen todo lo que les pase: si les timan, si pasan 9 horas bajo la lluvia y caen de lipotimia, si les vuelven a convencer de que hagan otra guerra de religiones porque lo ha dicho Dios y mueren todos. No es mi problema.
Ahora bien, cuando se hace con dinero público, con el dinero que yo me he ganado trabajando, ya no me parece bien en absoluto. Yo no tengo que pagar el carísimo paseo en un carrito blindado (que evita la obra de Dios, toma contradicción) de un cabrón cualquiera que fomenta el odio, el miedo, la desigualdad y la ignorancia. Para eso se lo pagaba a Hitler, que por lo menos era un jefe de estado real democráticamente electo y solucionaba el tema de la superpoblación humana.
A eso iba. El Papa ha venido en calidad de jefe de estado, pero no es democráticamente electo, se pone el capirote ese porque a tres obispos les sale de los cojones y tampoco es un monarca. Llegamos a la conclusión de que el tío es un absolutista de su micronación, algo así como un dictador. El Gobierno financia la exhibición y la predicación de un dictador, a parte de sectario y ladrón. Qué bonito.
No voy a criticar la actitud del Gobierno frente a esto. Principalmente porque no voy a decir nada que no se haya dicho ya, porque estoy cansada de hacerlo y eso no va a cambiar nada, y porque van a hacer lo que les salga de los cojones nos guste o no, ya lo dejaron claro después de la huelga general. Cómo molan las democracias modernas. Pero si el PP hubiera estado en el Gobierno, seguramente hubiera dejado que el Vaticano se nos hubiera anexionado o alguna burrada parecida.
Respecto a las medidas que se han tomado en las calles de las ciudades visitadas a cual de ellas es más ridícula: desactivar antenas, teléfonos y demás; poner guardias en las alcantarillas; tener que enseñar el DNI cada vez que sales y entras de tu propia casa; cerrar los comercios de a pié; usar aviones del ejército para traer »el cochecito que evita el destino», etc. Para que luego se dejen todo el plan de seguridad tirado en la calle. Las cosas, ante todo, bien hechas, por favor.
Y bueno del cristianismo he dicho muchas cosas a lo largo de la historia del blog que no me apetece repetir (por vagueza), pero diré que si quieren predicar la religión zombie que lo hagan abiertamente, no hay nada de lo que avergonzarse. Creo que fue Manson el que dijo que si Cristo hubiese muerto en otra época, los cristianos llevarían una guillotina o una silla eléctrica colgada del cuello. Y apuntar que en la Biblia el que más mata es Dios y no Satán. Que si vienen con eso de que predican paz y amor a mi no me la dan.
Por cierto. Me han dicho que a Benedicto le gustan jóvenes y que huelan a Nenuco, por si alguna quiere ser groupie.