Agua. El origen de la vida. La composición esencial de todos los seres del planeta Tierra. Hielo, vapor o líquida. Uno de los fluidos más densos del planeta, el único capaz de violar la ley de la gravedad gracias a su capilaridad. La calma y la fuerza. Esencial para la supervivencia del hombre. Ese compuesto que están empeñados en ensuciar, malgastar y despreciar. Fuerza esencial de la naturaleza. Mi casa, mi hogar. El único lugar donde puedo pensar con claridad.
Dicen que el agua es inodora, que no puedas olerla no significa que no huela. Como elemento dador de vida también es capaz de quitártela. El poder del agua nunca debe ser subestimado.
En las antiguas culturas se solía decir que el agua era otra dimensión, por una razón muy concreta: se relentiza el tiempo. A la mayoría le sonará una chorrada, pero es cierto. Llámenlo relatividad (que en realidad es lo que es) o como quieran, pero el mundo se para de su frenético ritmo debajo del agua. El mundo del silencio y la tranquilidad. El tranquilizador de los sentidos, el freno a los pensamientos.
Experimentas la muerte de tu ser a cada burbuja de aire que flota hasta la superficie. Sientes la presión sobre tus oídos. Parece que estás solo ahí abajo, pero en realidad estás acompañado de miles de formas de vida y compuestos químicos. Tu cuerpo tiende a flotar. Conforme se te acaba el aire el tiempo se frena más y más. La realidad de allí arriba se distorsiona. El aire se convierte en el otro lado. Entonces ese es le momento ocurre lo que buscabas. Una ataraxia, una epifanía de ti mismo. El tiempo ya no corre pero de tu cerebro surgen todo tipo de ideas, pensamientos y recuerdos. Como una explosión que te recuerda por qué razón estás vivo, por mucho que quieras quedarte allí para siempre. Tu cerebro maquina cosas que en ningún otro lugar habrían sido creadas. Vas a buscar respuestas. Las encuentras.
Desgraciadamente tu oxígeno no es infinito. Es hora de volver. Te están esperando allí arriba.
Sin embargo, una vez que descubres esa dimensión subacuática, ella toma algo de ti y tú de ella. Algo cambia. Nunca vuelves a pertenecer a la realidad.