Todo el mundo tiene una afición o hobby, sea cual sea, se vuelque en ella mucho o poco ¿Por qué tenemos aficiones? Para dedicar nuestro tiempo libre y estimular el cerebro. Intentar aquello de »no caer en la rutina».
Mucha gente comete un error bastante garrafal y es dedicarse profesionalmente a lo que antes era su afición ¿Por qué es un error tan grande? Os preguntaréis.
Si tú tienes un hobby, inviertes tiempo en ello por amor al arte, como se suele decir, porque realmente te gusta. Pero rara vez existe la misma relación con el trabajo. Nuestro cerebro asocia el trabajo como un esfuerzo, algo que cansa y que generalmente no es divertido, una tarea repetitiva que genera inconvenientes. Y ahí comienza el error.
Escogemos una carrera en función de lo que nos gusta. Tener más conocimientos sobre algo que nos gusta es sensacional, en ciertas ocasiones no, pero trabajar en ello no es tan divertido. Pasa en todos los campos ¿Cuántos ingenieros conocéis que os hayan dicho »Me metí en la carrera porque me gustaban las máquinas o los ordenadores»? Pero no conocían mucho sobre programar, o que realmente no verían un aparato en casi toda la carrera. Algunos acaban aborreciendo lo que les gustaba, o lo que antes les gustaba.
Las maravillas del Sistema Educativo son un tema a parte bastante extenso, pero que tiene que ver con esta situación.
Cuando una persona se dedica profesionalmente a su afición, el cerebro ya no se siente estimulado y lo convierte en una tarea tediosa y repetitiva. Finalmente el sujeto acaba viendo con los mismos ojos que ve un trabajo cualquiera lo que podía ser una experiencia genial. Con el paso del tiempo, no sólo aborrecen su trabajo sino que también a una afición a la que le han dedicado mucho tiempo. Se quedan sin lo que invertir su tiempo libre y se sienten perdidos.
Nunca es lo mismo fotografiar las flores en primavera, que que te paguen por hacer fotos de bodas, para una noticia o ser corresponsal de guerra, aunque tenga un matiz diferente.
No estoy diciendo que vaya a ocurrir siempre, en algunas ocasiones ocurre lo que debería: el sujeto se dedica a su afición que lo estimula y adora su trabajo. Son casos privilegiados con los que todos soñamos. Digo que generalmente pasa, a una mayoría muy numerosa, tristemente.
3 respuestas a «Lo peligroso de dedicarse a una afición»
También depende del grado de satisfacción que te de ese hobby puede resultar mortal o no trabajar en eso. Mientras haya otros que te puedan ocupar el tiempo… pero vamos, a todos nos gustaría que nos pagasen por hacer algo que nos gusta.
¿Esto es aplicable para actores porno?
Yo creo que sí. Que de tanto follar luego no tienen ganas de nada.Digo yo.