Si no le dedico un post a este libro, reviento. American Psycho es una novela de principios de los noventa basada en las »aventuras» de psicópata del ya de sobra conocido Patrick Bateman.
Esta novela es el culmen de la carrera del escritor Bret Easton Ellis, autor de la Generación X, quiero decir que es su mejor novela ya que todas sus novelas están centradas en el mismo circulo social y se reduce a niños ricos que se drogan y hacen excesos. Probablemente inspiradas en su propia vida.
A pesar de que el propio Ellis asegure que él no escribió American Psycho, que cada vez que se sentaba a escribir »el espíritu de Patrick Bateman» le introducía en un trance, incluso ha llegado a alegar que le daba miedo pensar en lo que él mismo había creado. Es posible que esta novela sea obra del subconsciente liberado de Ellis por las drogas – si algo han demostrado, es que a los artistas les va mejor cuando están drogados – o que sea una novela creada tan concienzudamente que alegar que la escribió sin ayuda de ningún elemento exterior fuera obra de un auténtico psicópata.
En todo caso, American Psycho creó un inmenso revuelo incluso antes de empezar a ser editada, cuando la editorial de Ellis se negó en rotundo a publicar semejante atrocidad.
Incluso hoy día, si la nombras en los círculos más conservadores te dirán que es el mayor pecado literario de la mano del diablo. A pesar de toda la polémica de lo que se habló durante meses, e incluso años cuando fue récord en ventas, el libro salió a la luz habiendo sido levemente retocado para »suavizarlo». Así comenzaba esta novela:
»PERDED TODA ESPERANZA AL TRASPASARME» está garabateado con letras rojo sangre en la fachada del Chemical Bank cerca de la esquina de la calle Once con la Primera Avenida y está escrito con caracteres lo bastante grandes como para que se vea desde el asiento trasero del traxi cuando éste avanza a sacudidas entre la circulación que deja Wall Street y justo cuando Timothy Price se fija en las palabras se detiene un autobús, con el anuncio de Les Misérables en el costado, tapándole la vista, pero a Price, que trabaja con Pierce & Pierce y tiene vintiséis años, no parece que le importe porque dice al taxista que le dará cinco dólares si sube el volumen de la radio -»Be My Baby» suena en la WYNN- y el taxista, negro, no norteamericano, así lo hace.
La novela, por encima de la representación de fiestas de las más altas esferas de Wall Street de los años ’80, la narración de escenas explícitas de canibalismo, sadismo, sexo y violencia, e incluso la perfecta descripción de un personaje tan sumamente complicado como lo es Patrick Bateman en un círculo social tan sencillo; por encima de todo eso es una gran crítica a este estilo de vida y a la sociedad americana autocomplaciente y orgullosa de sí misma que Ellis conoce tan a fondo.
Se puede ver en pequeños detalles ( se trata de una novela extremadamente detallista pero de narración rápida) como cuando todos se confunden entre ellos: mismos cortes de pelo, mismo trajes de marca, mismas gafas de asta. Patrick Bateman vive para las marcas que impone el más crudo capitalismo de Wall Street, es un hombre acostumbrado a conseguir lo que se le antoja, un niño malcriado al que nunca le han trazado una línea límite. Tiene las barreras tan desdibujadas que a veces no distingue lo que es real o lo que no, y por supuesto lo que está bien y lo que está mal. Es un hombre que lo único que desea en placer y más placer. De ahí deriva su psicopatía.
Es un libro que causó un antes y un después en mi vida, principalmente porque lo leí en una etapa prepúber -13 o 14 años- y hay que saber saborear y entender, no es de esas novelas que al terminarla puedas pasar a otra cosa sin reflexionar un rato sobre toda la información que te aporta. Hay un par de capítulos especialmente descriptivos que si no los lees mentalizado, pueden sentarte bastante mal. Hablaría de la cantidad de frases lapidarias que tiene, del fantástico retrato que hace Ellis de un psicópata o del extraño final de la obra, pero si no habéis leído el libro os lo dejo de deberes.
En el año 2000 salió a la luz una película de American Psycho con Christian Bale haciendo de Patrick Bateman – fantástica actuación, he de decir-, que sin dejarse caer en toda la violencia del libro hace una de las pocas buenas adaptaciones de películas sobre libros. Y bueno, el intento pestilente de segunda parte forzada que hicieron no puede llamarse película ni nada.