Anteayer, Apple hizo una keynote para presentar su nueva gama de iPods. Me enteré de refilón vía Twitter (8 de cada 10 twits hablaban de ello) ya que desde que presentaron los nuevos iMac con ATI y procesadores Intel perdí la poca esperanza en Apple.
No me voy a quejar de lo feo que es el icono del nuevo iTunes 10, o si se parece demasiado a Windows Media Player. Vengo a anunciar la muerte del iPod como dispositivo de música personal revolucionario tal cual lo conocimos hace unos años. Especialmente y por mucho que me duela, del iPod Nano.
Los iPod (al igual que el resto de los productos de la marca) empezaron a decaer hace un par de años con las ofertas del iPod Shuffle que los hacía tan baratos (Con 1 Gb no te da ni para una muela). Eso hizo que aquella marca innovadora y que disfrutaban unos pocos se expandiese como la pólvora. Resultado: Apple vio la pela y se subió al carro vendiendo productos de calidad media por el triple o más de lo que cuestan. La historia de siempre.
Primero fue el el MacBook Air (aquel portátil que no tenía ni disquetera pero que por caber en un sobre costaba 2000€), luego vinieron el iPod Touch, el iPhone, los Macs cada vez más caros pero menos eficientes, el iPod Nano con cámara y por último el iPad. La gente está dispuesta a pagar el cuádruple del precio que debería tener sólo por tener una manzanita detrás. Eso convirtió a Apple no sólo sino en el reinventor de la rueda (que sepáis que los dispositivos táctiles existen desde hace años) sino que pasaron a ser »otra marca más». Otra que te ve como un billete con patas.
Anteayer presentaron el nuevo iPod Touch, un nuevo y espantoso iPod Nano Touch y anunció que el clásico iPod de toda la vida iba a ser abandonado. Véase: patentan el clickwheel (la rueda deslizadora típica de los iPod) pero dejan de crear dispositivos con ella sin ceder la patente. Ole vuestros huevos.
Puede que el sistema operativo siga siendo fantástico, y eso es totalmente cierto. Pero en cuanto a periféricos y gadgets he terminado con Apple.
• Evil – Interpol