Mes: abril 2010

Hace poco, para mi disgusto, se anunció el actor que va a encarnar a Steve Rogers o El Capitán América en la nueva superproducción de Marvel que nos vamos a comer de canto y doblada para -prevén- el año que viene. Comenta el director, Joe Johnston (sí, el mismo que rodó Parque Jurásico III y la jodió, lo que hace Spielberg no se toca), que como no ha encontrado el actor adecuado (quería un desconocido) y el hombre se ve presionado porque tiene que seguir un calendario, se ha tenido que aguantar con lo que en Marvel le han ofrecido. Me parece fatal que no le den tiempo, así las cosas no se hacen y salen las mierdas que salen.

Se había rumoreado sobre actores del calibre de Jason Lewis, Channing Tatum, Garret Hedlund, Matthew McConaughey, John Eckhart (de villano de DC a héroe de Marvel) y luego una tirada enorme de niñatos que no conozco, no pegan en el papel y seguramente procedan del Disney Channel. No me importaría que pusieran al grandioso Alexander Skarsgard (me pega más de Thor, pero ya le ha quitado el puesto Chirs Hemsworht, no me quejo), a Matt Damon, quizá a Brad Pitt o incluso a Karl Urban, que no es rubio pero rapado está bueno y es buen actor. En resumidas cuentas queremos ver lo que el Capitán América siempre fue: un hombre grande, rubio, serio y que impone.

Sin embargo -y dejo de dar vueltas, pero ahora entenderéis mi pataleta- el elegido por Marvel, ha sido Chris Evans, para que lo relacionéis, el que en su día fue el hombre antorcha en los Cuatro Fantásticos (no comento más):

Que si bien en Push no lo hizo mal porque el papel no exigía mucho, resumiré su actuación en un dato para los que nunca habéis leído un cómic de los Cuatro Fantásticos: La antorcha humana no era un chulo de poca monta. Ahí lo dejo.

No he perdido la esperanza con ésta película, porque al igual que pasó con Spider-Man (que por cierto van a vovler a re-hacer toda la saga, espero que no la cagen otra vez) , el actor protagonista es un mierdas, pero el malvado es un genio. Un nombre: Hugo Weaving ¿Cómo os quedáis?

Mi pataleta se une a la anterior, cuando anunciaron que Linterna Verde será Ryan Reynolds, que está muy bueno y todo lo que queráis pero seriedad cero y físicamente no pega mucho. Estoy muy descontenta con las películas de Marvel: La jodieron con Spider-Man, la jodieron al cambiar al adecuadísimo Eric Banna como Bruce Banner en Hulk por Edward Norton, la jodieron de costa a costa con los 4 fantásticos, Daredevil apesta, Elektra no tanto pero no es un peliculón y bueno de X-Men y de Iron Man de momento no tengo quejas (veremos cómo está Iron Man 2 pero ya me estoy frotando las manos, cuando vi a War Machine mojé todo el bragamen), estuvieron acertados con los actores y con las películas en general.
Deberían aprender de DC (recordemos que DC y Marvel son como Apple y Microsoft), todavía no he oído ni tengo una queja sobre Batman aunque la nueva de Superman fuera una putamierda pinchada en un palo, por muy bueno que sea Kevin Spacey como Lex Luthor no compensa.

Y bueno, no me pongo a hablar de ni de La Mujer Maravilla, ni Los Vengadores (The Averagers) porque me caliento de mala manera por mucho que Samuel L. Jackson sea Nick Furia.

• De Marco’s End – Christopher Beck

Hace poco, para mi disgusto, se anunció el actor que va a encarnar a Steve Rogers o El Capitán América en la nueva superproducción de Marvel que nos vamos a comer de canto y doblada para -prevén- el año que viene. Comenta el director, Joe Johnston (sí, el mismo que rodó Parque Jurásico III y la jodió, lo que hace Spielberg no se toca), que como no ha encontrado el actor adecuado (quería un desconocido) y el hombre se ve presionado porque tiene que seguir un calendario, se ha tenido que aguantar con lo que en Marvel le han ofrecido. Me parece fatal que no le den tiempo, así las cosas no se hacen y salen las mierdas que salen.

Se había rumoreado sobre actores del calibre de Jason Lewis, Channing Tatum, Garret Hedlund, Matthew McConaughey, John Eckhart (de villano de DC a héroe de Marvel) y luego una tirada enorme de niñatos que no conozco, no pegan en el papel y seguramente procedan del Disney Channel. No me importaría que pusieran al grandioso Alexander Skarsgard (me pega más de Thor, pero ya le ha quitado el puesto Chirs Hemsworht, no me quejo), a Matt Damon, quizá a Brad Pitt o incluso a Karl Urban, que no es rubio pero rapado está bueno y es buen actor. En resumidas cuentas queremos ver lo que el Capitán América siempre fue: un hombre grande, rubio, serio y que impone.

Sin embargo -y dejo de dar vueltas, pero ahora entenderéis mi pataleta- el elegido por Marvel, ha sido Chris Evans, para que lo relacionéis, el que en su día fue el hombre antorcha en los Cuatro Fantásticos (no comento más):

Que si bien en Push no lo hizo mal porque el papel no exigía mucho, resumiré su actuación en un dato para los que nunca habéis leído un cómic de los Cuatro Fantásticos: La antorcha humana no era un chulo de poca monta. Ahí lo dejo.

No he perdido la esperanza con ésta película, porque al igual que pasó con Spider-Man (que por cierto van a vovler a re-hacer toda la saga, espero que no la cagen otra vez) , el actor protagonista es un mierdas, pero el malvado es un genio. Un nombre: Hugo Weaving ¿Cómo os quedáis?

Mi pataleta se une a la anterior, cuando anunciaron que Linterna Verde será Ryan Reynolds, que está muy bueno y todo lo que queráis pero seriedad cero y físicamente no pega mucho. Estoy muy descontenta con las películas de Marvel: La jodieron con Spider-Man, la jodieron al cambiar al adecuadísimo Eric Banna como Bruce Banner en Hulk por Edward Norton, la jodieron de costa a costa con los 4 fantásticos, Daredevil apesta, Elektra no tanto pero no es un peliculón y bueno de X-Men y de Iron Man de momento no tengo quejas (veremos cómo está Iron Man 2 pero ya me estoy frotando las manos, cuando vi a War Machine mojé todo el bragamen), estuvieron acertados con los actores y con las películas en general.
Deberían aprender de DC (recordemos que DC y Marvel son como Apple y Microsoft), todavía no he oído ni tengo una queja sobre Batman aunque la nueva de Superman fuera una putamierda pinchada en un palo, por muy bueno que sea Kevin Spacey como Lex Luthor no compensa.

Y bueno, no me pongo a hablar de ni de La Mujer Maravilla, ni Los Vengadores (The Averagers) porque me caliento de mala manera por mucho que Samuel L. Jackson sea Nick Furia.

• De Marco’s End – Christopher Beck

La apatía suele ser una pesada constante. No importa cuánto te muevas, cuánta veces hagas un cambio o a dónde vayas, la apatía aparece con sus largas piernas. Si ves caminar a la gente a sus tediosos trabajos, a realizar sus estudios, con su pareja o con su familia; la apatía será su único acompañante real.
Apatía es el cansancio de intentar mantener una conversación normal, es ir a clase a que te expliquen algo que ya sabes, es mantener cualquier interacción social da igual que sean amigos, familia o simplemente desconocidos, es el concepto de »salir a beber es más divertido que quedarse en casa tranquilo», es vivir en un lugar donde no hacer nada está mejor visto que hacer algo, es la desmotivación de levantarse cada mañana, de hacer algo, es la falta de importancia que le das a cualquier evento de la vida, es la forma que tiene tu cerebro ante la represión y rechazo encasillada socialmente de cualquier instinto. La indiferencia.

Pero cuidado: cuanto más sabes, más ves, más grande se hace la apatía. Si bien la ignorancia hace la felicidad y la mayoría de las ovejas de este mundo viven felices y conformes, obedeciendo lo que otros les dicen, no ven que si se salen del establo un lobo las espera. A veces la apatía hace al sabio, que al no encontrar motivación en nada ni en nadie se refugia en cosas útiles, le protege de la labia de los que llevan a las ovejas y evita que se conviertan en una. También hace su propia selección natural, cuando el resto de las tristes o ignorantes ovejas caen por cosas banales y sin importancia, el sabio infravalora esos temas, lo que le permite convertirse en un ser funcional que piensa.
La apatía de la oveja a la que no le gusta su vida pero se resigna, no es la misma apatía que la del sabio que piensa por sí mismo.

Si bien la apatía a veces salva de la ignorancia y hace su selección, también mata lentamente, y en esta ocasión no hace distinciones: pesa igual para todos, y a veces te arrastra al abismo más profundo, hay quien sale y hay quien deja que le arrastre una y otra vez. Este ser te impide disfrutar de cosas con las que un ser normal disfrutaría. Hay quien encuentra otras cosas de las que disfrutar, cosas que el resto de seres ni perciben.

La apatía es un ente salvaje que puede convertirte en una mutación, los que saben usarla a su favor, evolucionan. Los que dejan que les arrastre, mueren.

El otro día leía en un comentario algo así como:

El fiasco de Matrix Revolutions sólo puede ser superable por la última temporada de Lost.

En principio, a parte de comparar la velocidad con el tocino en el comentario, a mi Matrix Revolutions no me pareció tan mala, de hecho es buena, pero en comparación con el resto de películas, apesta.
Lo mismo está pasando con Lost, si bien lo avisé antes de comenzar la temporada: todo lo que sube, baja. A siete episodios del final de lo que en algún momento fue la denominada mejor serie de la historia (también lo dijeron con Urgencias y le sobran 4 temporadas) esta sexta temporada no sabe ni de lejos a gloria, no es nada apoteósica, no hace que arañes cualquier tipo de superficie grimosa por la intriga. Esperamos el siguiente capítulo sin ansia y nos sentamos a verlo como quién se sienta a ver un partido de segunda. Hemos perdido la fe.
Entre que los misterios no se explican solos o que son explicados rápido y mal, que se amontonan cada vez más y más misterios, y que el final no apunta a que el cielo se vuelva morado ni dada por el estilo, no pinta nada bien.

Entre canarios que hablan con acento cubano, venezolano o lo que quiera que sea eso; Sawyer que casi no aparece, Sayid que le importa un pijo todo, una Kate que no para de salir pero no hace nada interesante, un Jacob muerto, un Jack que es un petardazo, unos Jin y Sun que no se encuentran nunca, una Claire con liendres, un John Locke que no es él y casi no fascina pero sigue siendo el mejor de la serie y un Ben que ya no hace cabronadas; he perdido la fe en esta serie.

Que Desmond iba a volver a la isla estaba cantado, Wildmore le mandó allí en el velero la primera vez por alguna razón (en esta serie las explicaciones son así, en lugar del recurrido »lo hizo un mago»), que Eko va a volver a salir, también.
La historia de Richard Alpert, sí muy bien, muy bonita y todo lo que quieras, pero están tapando agujeros a la desesperada y no está quedando bien el resultado. Tanto tiempo preguntándonos cómo pudo haberse roto la estatua y lo explican en una línea de diálogo »tu barco pasó por encima de la estatua» y no se enseña nada, ni se explica. Así, no se hacen las cosas.

Por no hablar del rollo bíblico y la cantidad de actos de fe que se dedican a hacer los personajes, ya no se hacen preguntas, ya no se sigue un estilo empírico, aquí a obedecer como las ovejas y que pase lo que pase, porque se supone que es el destino. La Iniciativa Dharma y los experimentos interesantes que hacían en la isla y fuera de ella, que podían dar una explicación razonable, sorprendente y acojonante han caído en el olvido.

¿Lo mejor? O el mejor, más bien dicho. Ya que Sawyer, que por lo visto tiene predilección por hacerse amigos chinos, casi no sale haciendo de las suyas, en la realidad alternativa en la que el avión aterriza sale mi querido Martin Keamy, que si bien de militar mercenario lo hace bien, de mercenario mafiosillo lo borda. También me sorprendió la aparición de Mikhail Bakunin (el nombre canta) también conocido como el tío del parche en el ojo o el que por más que le disparan, ahogan o explosionan, no muere.

Os puedo decir una cosa. Ya pueden los guionistas cambiar de camello, comprarse una buena mierda y empezar a hacer algo apoteósico que nos haga olvidar estos diez capítulos más o menos mediocres, que nos hagan decir »sólo les costó arrancar» o me parece que internet se va a llenar de nerds decepcionados que las críticas a Jar-Jar Binks van a ser un suspiro comparado con lo que pueda suceder.

El otro día leía en un comentario algo así como:

El fiasco de Matrix Revolutions sólo puede ser superable por la última temporada de Lost.

En principio, a parte de comparar la velocidad con el tocino en el comentario, a mi Matrix Revolutions no me pareció tan mala, de hecho es buena, pero en comparación con el resto de películas, apesta.
Lo mismo está pasando con Lost, si bien lo avisé antes de comenzar la temporada: todo lo que sube, baja. A siete episodios del final de lo que en algún momento fue la denominada mejor serie de la historia (también lo dijeron con Urgencias y le sobran 4 temporadas) esta sexta temporada no sabe ni de lejos a gloria, no es nada apoteósica, no hace que arañes cualquier tipo de superficie grimosa por la intriga. Esperamos el siguiente capítulo sin ansia y nos sentamos a verlo como quién se sienta a ver un partido de segunda. Hemos perdido la fe.
Entre que los misterios no se explican solos o que son explicados rápido y mal, que se amontonan cada vez más y más misterios, y que el final no apunta a que el cielo se vuelva morado ni dada por el estilo, no pinta nada bien.

Entre canarios que hablan con acento cubano, venezolano o lo que quiera que sea eso; Sawyer que casi no aparece, Sayid que le importa un pijo todo, una Kate que no para de salir pero no hace nada interesante, un Jacob muerto, un Jack que es un petardazo, unos Jin y Sun que no se encuentran nunca, una Claire con liendres, un John Locke que no es él y casi no fascina pero sigue siendo el mejor de la serie y un Ben que ya no hace cabronadas; he perdido la fe en esta serie.

Que Desmond iba a volver a la isla estaba cantado, Wildmore le mandó allí en el velero la primera vez por alguna razón (en esta serie las explicaciones son así, en lugar del recurrido »lo hizo un mago»), que Eko va a volver a salir, también.
La historia de Richard Alpert, sí muy bien, muy bonita y todo lo que quieras, pero están tapando agujeros a la desesperada y no está quedando bien el resultado. Tanto tiempo preguntándonos cómo pudo haberse roto la estatua y lo explican en una línea de diálogo »tu barco pasó por encima de la estatua» y no se enseña nada, ni se explica. Así, no se hacen las cosas.

Por no hablar del rollo bíblico y la cantidad de actos de fe que se dedican a hacer los personajes, ya no se hacen preguntas, ya no se sigue un estilo empírico, aquí a obedecer como las ovejas y que pase lo que pase, porque se supone que es el destino. La Iniciativa Dharma y los experimentos interesantes que hacían en la isla y fuera de ella, que podían dar una explicación razonable, sorprendente y acojonante han caído en el olvido.

¿Lo mejor? O el mejor, más bien dicho. Ya que Sawyer, que por lo visto tiene predilección por hacerse amigos chinos, casi no sale haciendo de las suyas, en la realidad alternativa en la que el avión aterriza sale mi querido Martin Keamy, que si bien de militar mercenario lo hace bien, de mercenario mafiosillo lo borda. También me sorprendió la aparición de Mikhail Bakunin (el nombre canta) también conocido como el tío del parche en el ojo o el que por más que le disparan, ahogan o explosionan, no muere.

Os puedo decir una cosa. Ya pueden los guionistas cambiar de camello, comprarse una buena mierda y empezar a hacer algo apoteósico que nos haga olvidar estos diez capítulos más o menos mediocres, que nos hagan decir »sólo les costó arrancar» o me parece que internet se va a llenar de nerds decepcionados que las críticas a Jar-Jar Binks van a ser un suspiro comparado con lo que pueda suceder.