Hoy es ese día que llevamos esperando desde mayo comiendonos las uñas. Suena bien y suena mal: hoy empieza la sexta y última temporada de Lost (Perdidos), y la verdad, nunca jamás había visto tal fenómeno por ninguna serie ni película, ni tampoco había sido parte de algo así. Y es que, hace bastantes días, los directivos de la cadena les regalaron a los ganadores de un concurso la premiere de la 6ª temporada, y evidentemente, la filtraron raudos.
Personalmente, no quise verla y por poner un ejemplo exterior, mi hermana tampoco. No sólo nosotras no quisimos verla, sino que ninguno de los millones de fans de la serie quisimos, por mucha agonía que suponga el no saber, preferimos ser fieles y ahogar la curiosidad-de aquí a una religión como la de Maradona hay un paso-.
Sólo puedo decir una sola cosa respecto a esta temporada: miedo. Han dejado el listón muy alto, demasiado, y creo que no sólo hablo por mi, sino por todos los fans cuando tengo miedo de que no me guste la temporada o que podría pasar lo peor: que no nos gustase el final. Se convertiría en una de las mejores series de la historia y recordada también por la mayor decepción televisiva hasta ahora (y para recordar antecedentes no olvidemos Urgencias, serie buenísima, sobreexplotada y con un final de mierda). También tenemos miedo por lo que pueda pasar: quién muere, quién vive, quién revive y todo eso.
Queridos señores guionistas de Lost: Tienen 18 capítulos para resolver unas 150 (aprox) dudas, es decir, que van -redondeando a la baja- a 8 dudas resueltas por capítulo. ¿Parece posible?
Esta serie, también pasará a la posteridad por poseer la mejor promo de la historia. Originalmente hecha por Cuatro, con el doblador de Eko narrando un poema del famosísimo matemático persa Omar Jayyam y sonando de fondo »Everything In It’s Right Place» de Radiohead.
La ABC la quiso dando el impresionante spot, y decidieron cambiar el narrador por la voz original de Terry O’Quinn (John Locke). Éste es el resultado:
Transcribo:
Dijo el sabio:
»La vida es un tablero de ajedrez,
de noches y días,
donde Dios con hombres
como piezas juega,
mueve aquí y allí,
da jaque mate
y mata.
Y pieza por pieza,
vuelve a ponerlos en su caja,
pues hay un destino para la pieza,
para el jugador y para Dios.»
El destino va a cumplirse.
Said the wise man:
»Life is a chessboard,
of nights and days.
Where God, using men as his pawns,
plays.
Hither and thither moves,
and checkmate,
and slays.
And one by one,
he places them back in the box.
For each pawn has it’s fate,
as does each player,
as does God.»
Fate will be met.
NT2: Si alguien encuentra la métrica del poema que me lo comente, que la coloco como debe estar.